"Un día tras otro"

Es el nombre del taller que impartieron Tamara Arroyo y Antonio Ballester Moreno en colaboración con la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid.

«Un día tras otro. Rutina. Enseres, cosas…

El taller estuvo dividido en dos bloques de tres sesiones cada una, impartidos por los artistas Antonio Ballester Moreno y Tamara Arroyo. Ambos artistas convergen, a pesar de sus universos y poéticas propias en unas mismas preocupaciones ya sean manifiestas o latentes. 

El objetivo de los talleres parte de la idea de asumir nuestra cotidianidad y lo que nos rodea, como tema de inspiración. Ambos talleres pretenden redimensionar la realidad cotidiana reteniendo esos elementos de lo privado y del día a día que, trasladándolos y reconfigurándolos a la creación artística, pasan a asumir un nuevo estado. Cómo un ejemplo de la unión arte- vida, incorporando a los trabajos realizados, registros de la realidad y las vivencias de las reclusas. 

Por un lado la parte que impartió Antonio Ballester trata lo ordinario desde el punto de vista estético: entender el día a día como una práctica de aprendizaje, en la que la experiencia es la base del conocimiento. Una forma de hacer poco sofisticada, donde las acciones cotidianas son parte de una aptitud creativa ante la vida.

Para ello se propuso un taller de bordado en lana sobre arpillera. Entendiendo la acción de  bordar como una manera de replicar esos ritmos y repeticiones que se dan todos los días en nuestras vidas y en nuestra propia naturaleza. Aparte de las connotaciones políticas que tiene esta práctica al haber creado, a lo largo de la historia, estructuras de resistencia y protesta a favor de la igualdad. Reivindicando un trabajo femenino como una acción feminista. La técnica, las experiencias y los materiales de lo doméstico irrumpen en lo público: lo personal es lo político.

En este taller se propuso a las reclusas participantes que trataran y representaran su cotidianeidad mediante el bordado, interpretada como una manera de aprendizaje libre. (No tenemos imágenes del resultado).

Por otro lado, el taller continuó en las tres sesiones siguientes entre ambos artistas, en el caso de Tamara Arroyo con otro material como el barro, donde las participantes elegirieron entre sus objetos personales y cotidianos de su día a día,  para reproducirlos en este material. Trapos, bolsas, desperdicios, enseres personales, etc. En una suerte de ejercicio de puro realismo de la dimensión artística, contenidas en lo rutinario, descubriendo la belleza oculta en lo mundano. Donde incluso los desperdicios, lo expulsado del mundo útil, aquello que ya cumplió su función y que está llamado a ser puro y literal desecho, pero que al reconsiderarlos y recrearlos, pasaron a asumir el espíritu de esos objetos finitos y frágiles. 

POSIBLES MATERIALES 

-Arpìllera, 10 metros, lana de varios colores y agujas de plástico

– 7 Paquetes de barro blanco y rojo de 5kg, 5 rodillos, 7 paquetes de palillos de modelar.»

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